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SIN ÁNIMO DE MOLESTAR, NADIE ME VA A CALLAR.

No es la primera vez que he sido concejal. Ya estuve doce años, de los cuales, sólo casi tres años ejercí labores de gobierno como concejal de Educación y de la Infancia y Adolescencia.

Está última concejalía se creó en mi tiempo de concejal .Para la Infancia y la Adolescencia trabajé entonces y trabajo ahora como técnico de la citada concejalía, por tanto, ahora trabajo en lo que me gusta y en lo que tiene relación con mi profesión ( psicólogo del ayuntamiento desde 1980).

Eso he ganado y también leo y converso y escucho a mi familia, a mis vecinos, a mis amigos y amigas.

Hoy me siento más cerca de la gente que nunca y hoy puedo mirar con el prisma de la gente, porque soy gente. No sólo soy partido, no sólo soy concejal.

Sabía que mi decisión me llevaría a que mi voz ya no se escuchara de igual forma en IU, o simplemente no se escuchara porque” ¿una dimisión hace daño a la organización?”, pero , en política, cuando uno pierde la ilusión, creo que lo debe dejar. Para mí la política es la lucha por la transformación social, por la voluntad de servicio a la ciudadanía, por la consecución de unos valores éticos alejados de los ingresos económicos…Cuando lo económico, tanto desde la financiación de “la causa” como del propio bolsillo, prima sobre lo demás, más vale abandonar.

He sentido identificación de personas con mi decisión, he sentido incomprensión de algunos de ¿los míos?, pero he visto la fractura entre las inquietudes de la ciudadanía y lo que se ve en las reuniones permanentes del partido o del ayuntamiento o de los asociados. Mientras te reúnes la vida cotidiana pasa por tu lado y las reuniones ciegan tus ojos. Te das cuenta que tu día a día no corresponde con tu gente, tu gente cercana. Y te hacen ver cómo no les entendías, como no les mirabas, cómo no les escuchabas.

Y te das cuenta de cómo tu gente quiere una escuela de danza o un libro sobre su historia o plazas y lugares dónde se puedan encontrar, o centros de barrio dónde sean los protagonistas y no los consumidores. Quieren que su pueblo sea la envidia en la estética urbana y no el más hortera de la Comunidad, y quieren una movilidad y transporte sostenible, mientras les prohíben o no les facilitan ir en bici, dejar el coche en su casa. Y los niños y niñas quieren espacios para jugar y no corralitos dónde se les encarcela, y la juventud quiere vivir su ciudad, que les faciliten estar en la calle, que les permitan convivir en espacios agradables, que puedan hacer su botellón respetando la limpieza. Y la ciudadanía quiere que vaya a una biblioteca municipal y encuentren el libro que buscan, que los servicios municipales ayuden a los padres a serlo, que si la Comunidad de Madrid no quiere a la Educación Infantil, Getafe vuelva a ser pionera en la educación infantil e invierta en personal y escuelas infantiles de calidad, que se nos provea de un sano envejecimiento y no se nos use como mercancías con réditos electorales, que tenga lugares dónde charlar o escuchar a los vecinos y vecinas que nos puedan aportar algo a nuestros intereses culturales y no seamos meros consumidores pasivos de bazofia; que la educación cultural se planifique para que la Cultura no sea exhibición sino disfrute y placer.

Todas estas cosas son más prioritarias que el soterramiento de la carretera Toledo, o que el Museo de la Aviación construido por Norman Foster, como si en España no hubiera buenos arquitectos.

Que pueda decir con orgullo por dónde vaya “Soy de Getafe” y no sólo “Soy del Getafe””

Que en mi trabajo aprenda y se valore la profesionalidad de mis compañeros y compañeras, por encima de un ejército de allegados a los partidos gobernantes que no tienen otro mérito que haber sido condescendiente con su jefe de partido, frente a los que se sacaron una titulación, aprobaron oposiciones, se forman todos los días y encima están menos retribuidos que los pelotas de turno.

Quiero estar en un partido en el que pueda opinar, sin correr el riesgo de que me vayan a excomulgar y que este escrito no sea considerado apostasía.

Seguiré siendo heterodoxo, sin renunciar a mis principios e intentaré transformar desde el día a día disfrutando de la opinión adversa, que siempre enriquece si se expresa con convencimiento.

Seguiré hablando con el vecindario que te habla más cuando nada les puedes dar.

Desde aquí mi reconocimiento a Juan, a Diego , a Nancy , a María Jesús , a mi padre, a mis tíos y a tantos otros y otras que , sabiendo que nunca vamos a pensar igual, somos capaces de querernos en el amplio sentido del término.

Getafe, 22 de diciembre de 2009